En Chillán, Charlas del Dr. Hernán Astudillo, abordaron seguridad en microservicios, uso de LLMs y futuro de la informática.
El miércoles 3 de diciembre se realizó, en la Sala Auditorio FACE del campus Fernando May en Chillán, una jornada completa dedicada a reflexionar sobre cómo cambian las profesiones cuando se transforman sus herramientas. Organizada por el Departamento de Ciencias de la Computación, la actividad reunió a estudiantes de pregrado y del Magíster en Ciencias de la Computación, en torno a los desafíos actuales de la ingeniería de software y la arquitectura de sistemas.
Por la mañana se desarrolló el coloquio “Una profesión normal y sus nuevas herramientas”, a cargo del Dr. Hernán Astudillo, académico de la Universidad Andrés Bello y referente nacional en arquitectura de software y sistemas avanzados. A partir de su experiencia en distintas empresas e instituciones, el expositor revisó cómo la carrera de informática puede desplegarse en sectores productivos muy diversos, enfatizando la necesidad de actualizar competencias sin perder el criterio profesional. Subrayó que los cambios tecnológicos obligan a reconfigurar las trayectorias laborales, pero también a sostener principios de responsabilidad, calidad y trabajo colaborativo en equipos multidisciplinarios.
Por la tarde, el foco se trasladó a los desafíos más recientes del desarrollo tecnológico con las charlas “Seguridad en Microservicios: Bad Smells, Refactorings, and Trade-offs” y “Uso de Large Language Models (LLMs) en Ingeniería de Software”: la primera, dictada por el mismo Dr. Hernán Astudillo; la segunda, por el Dr. Gastón Márquez, académico de FACE-UBB y experto en ingeniería de software, ciencia de datos y ciberseguridad. La actividad examinó cómo los microservicios, los LLMs y las nuevas herramientas reconfiguran las prácticas profesionales en contextos de transformación digital.
El Dr. Márquez destacó que hoy la inteligencia artificial se utiliza con fuerza en el desarrollo y mantenimiento de software, especialmente para la generación automática de código, pero advirtió que diversos estudios muestran que ese código suele presentar vulnerabilidades si no es revisado críticamente. Señaló que existen muchas otras tareas donde los LLM pueden aportar, clasificación, análisis de texto, apoyo a la calidad del software, aunque las decisiones de arquitectura siguen siendo responsabilidad de las y los ingenieros.
Finalmente, presentó trabajos de estudiantes de magíster y pregrado que emplean modelos de tópicos y técnicas de aprendizaje automático para analizar grandes volúmenes de datos clínicos, explorar el mantenimiento de software cuántico e identificar patrones de seguridad en sistemas críticos. Estas experiencias, indicó, buscan algo más que automatizar tareas: apuntan a comprender mejor qué estamos desarrollando y a detenerse a reflexionar sobre el impacto real de los sistemas que sostienen la vida cotidiana, las organizaciones y los servicios públicos.

